miércoles, 11 de mayo de 2011

Definición diacrónica de la literatura


DEFINICIÓN DIACRÓNICA DE LA LITERATURA

Podemos distinguir dos concepciones del arte y la literatura en el tiempo:
         1 – La más antigua establece que el arte se concibe como representación del mundo exterior, una especie de copia que el artista puede acrecentar (mantener fiel o distorsionar); es, por tanto, una naturaleza vista a través de un temperamento. En este caso, la obra es una visión del mundo, lo copia y lo juzga (lo que no es aplicable, por ejemplo, a la literatura histórica, que debe mostrarse objetiva). A través de esta visión subjetiva, transmite hechos externos y/o internos (es decir, sucedidos y/o psicológicos: los hechos y lo que inspiran): tiene lugar la MÍMESIS.
         En este caso, el lenguaje es considerado algo secundario, un mero instrumento de transmisión ya que la belleza y originalidad de la obra dependen de la visión dada y en las palabras que el autor use para dar la visión exacta que pretende (sin embargo, las palabras no siempre significan lo que se pretende atendiendo a matices, usos, etc., por lo que no sólo depende de lo que el autor quiera decir, sino también de lo que el receptor entienda). La obra reposa entonces sobre una realidad existente o inventada y se expresa ingenuamente a través del lenguaje; así surge la diferencia entre intención e intencionalidad que veremos más adelante.
         Esta concepción se da en la estética clásica, que ve el mundo como un conjunto de objetos bellos que el artista ha de poner en orden, para lo que utiliza como instrumento la palabra. Los románticos, en cambio, dicen que se trata de ver y descubrir lo no visto hasta entonces.

         2 – En la segunda mitad del siglo XIX se dejan de lado conceptos como Realismo, genio, etc. Lo que importa es la literatura es el uso que se hace del lenguaje, no lo que comunica sino CÓMO lo comunica. Predomina, por tanto, la forma sobre el fondo:
         EJ: El impresionismo, estilo en que la forma comienza a dominar sobre el     contenido (ilusiones ópticas). No hay realidad, sólo significantes; lo    abstracto está por encima de lo concreto (algo que se ve mejor a        medida que se avanza entre los ismos).
         No importa entonces el realismo, sino la imagen del objeto que se proyecta sobre quien observa o lee. De esta manera, el mundo moderno ha aprendido a disociar significado de significante para no reproducir una realidad, sino CREAR una nueva. No importa nada la relación texto-mundo. Esa realidad nueva tiene significantes y su significado NO tiene por qué ser acorde con la realidad.
         Maiakovski (iniciador del futurismo ruso) habló de la palabra autosuficiente: la palabra por sí misma satisface, como puede verse en la preferencia, para un hijo, de un nombre bonito por encima de uno definitorio. Mallormé afirmó que No es con ideas con lo que se hace versos, sino con palabras y Valerie también dijo que Las obras bellas son hijas de la forma.
         El objetivo de esta visión es crear mundos nuevos con las palabras, mientras que la idea de transparencia se corresponde con la de la palabra como medio de imitación de la realidad (la vertiente más antigua). Se trata del paso de la imitación a la creación. El poema u obra debe ser entendido en clave física o en clave figurada, ya que una cara contamina la otra.

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